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Estas primeras experiencias en campo, consideradas como dificultades pero también estrategias en la inmersión del campo, se establecieron como referentes empíricos que me permitieron reflexionar sobre el hecho de que, aunque a primera vista pareciera que los bienes de consumo son los propios cuerpos de las bailarinas a disposición del deseo masculino —es decir, aparentemente lo que se vende son sus cuerpos y no sus servicios—, lo cierto es que descubrí que son mujeres que trabajan desde su sexualidad por medio del cuerpo y son capaces de recrear escenas ficticias desde el imaginario del deseo sexual heterosexual14, en un escenario estructurado arquitectónicamente y pensado con fines heterocomerciales. Otras putas que prestan Disponible ahora: Fotos pornos., Sexo en la hamaca Modesto, Texto la casa de bernarda alba
